La Universidad de Extremadura se interesa sobre el proyecto de Defensa del Encinar que nuestra Asociación ha diseñado.
Para sacar adelante este proyecto el promotor del mismo ha dedicado años de observación en todos los sentidos al fenómeno de la desertización en el olivar, y al de la seca del olivar y del encinar en las poquitas dehesas que nos quedan en Jaén. Me refiero al investigador operativo granadino Juan Molina, al que he acompañado a casi todas las intervenciones que ha tenido exponiendolo: ante las autoridades de Sanidad Vegetal, IFAPA, Universidad de Córdoba, Citoliva, Geolit, Diputación de Jaén, fundaciones de productores oleícolas, cooperativas diversas y charlas divulgativas en la Cámara de Comercio de Jaén, Ayuntamiento de Mancha Real, Ayuntamiento de Mengíbar...Obra Social de Caja Rural de Jaén, y Círculos Agrarios de Caja de Granada. El proyecto obtuvo el segundo premio de Innovación de la Universidad de Jaén en 2009 para proyectos presentados por posgraduados en tercer ciclo de doctorado.
Para Juan Molina no existe una relación clara entre el síndrome de la Seca en el Encinar y la Seca en el Olivar dado que son dos sistemas diferentes. El Encinar es un sistema de dehesas que no sufrirían la agresión de la actividad humana, mientras que el olivar es un sistema que padece una fuerte agresión de la actividad agraria. La muerte de los encinares en las lindes de los olivares se ha debido a la invasión de las dehesas por una forma irracional de cultivo del olivar que no ha respetado el suelo, el agua ni la biodiversidad. Como consecuencia de un exceso de hipercontrol de hierbas y plagas, se ha inducido un gravísimo desequilibrio que fomenta la muerte de los olivos al caer víctimas de hongos que se han hecho muy fuertes al ser privados de otros hongos de defensa de la propia planta, sus micorrizas naturales.
El olivar y el encinar son dos sistemas vivos desequilibrados. Tratar de encontrar una solución milagrosa no sería eficiente si no se producen cambios culturales en el entorno de manejo de suelo, aguas y respeto a la biodiversidad. Mientras podremos tratar de fortalecer a las plantas que pretendemos proteger, y para ello habrá que utilizar fitofortificantes en estado coloidal, ricos en aminoácidos, y elementos químincos como manganeso, potasio, calcio...en forma también coloidal.
La importancia de la forma coloidal estriba en que es el modo natural de transferencia de nutrientes entre los tejidos orgánicos de animales y plantas. Luego habrá que buscar estos compuestos en lo que las propias plantas y otros seres vivos producen. Si en el Africa del Sahel se utilizan fermentos de los jugos de plantas para enriquecer la poca agua que tienen en regadíos, y gracias a estas bacterías poder ganar espacio al desierto obteniendo mejores cosechas que con el agua pura. Nosotros podremos obtener esos fermentos de las bacterias que sean capaces de digerir los azúcares, lactosa y proteínas de los residuos de los sueros de las queserías, o de otros subproductos agrícolas...
El proyecto de choque debe ir unido a medidas culturales: preparación respetuosa del suelo, gestión racional del agua, proporcionar insumos en función de los déficits de las plantas, y control biológico de plagas. Esto tal y como tenemos estructurado el campo será muy difícil, salvo que se imponga y por Ley el modelo de Producción Integrada. Es decir autocontrol de los productores, control de profesionales independientes de la venta (técnicos agrarios, ingenieros y veterinarios) y profesionalización cualificada de los distribuidores de productos sanitarios para vegetales y animales, siguiendo un modelo parecido al de las farmacias.
La Universidad de Extermadura, sensibilizada por la catastrófica situación de los encinares extremeños se interesa por este proyecto. sería de esperar que en Jaén, otras instancias se unieran, y sabiendo que es una vía científica razonable desde Jaén también se intentara salvar el olivar....y salvar nuestro encinar.
viernes, 26 de marzo de 2010
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