Edad del Cobre en el Olivar de Jaén
Marcos Gutiérrez Sanjuán
Físico
Desde Torres se observa mejor que desde la Campiña, por eso de la altura, de la perspectiva, de los cambios de nivel. Preocupa y mucho a los olivareros individualmente ese fenómeno que los conocedores llaman Síndrome de la Seca, y los afectados llaman verticilosis. Son muchos millones en juego, y es otro bien de mayor e incalculable valor el que se pierde: la calidad del suelo. Entre todos estamos matando el olivar, y le echaron la culpa al verticillium. A estas alturas es tal el tópico que hay quien llama y asegura haber visto verticillium en sus plantas muertas, y que es un gusano blanco del tamaño de un pulgar; hay quien señala los agujeros del mismo tamaño por donde entra en el suelo y se come las raíces, otros saben bien que es un hongo, pero ¿realmente es el verticillium quien seca el olivar, el almendral, la plantacion de melocotones, o de alcachofas...?
No. Se trata de un síndrome: una encrucijada de elementos que ocasionan la seca de las plantaciones. Algo parecido a esas enfermedades de las personas que llaman autoinmunes, pongamos por ejemplo la psoriasis. Es muy atrevido poner ejemplos, pero me voy a atrever, sobre todo por la traslación del caso de una naturaleza a otra del mismo orden y estado: materia orgánica en estado coloidal.
Juan Manuel Molina es un investigador operativo que ha observado el problema y lo resume así: "si en agronomía se considerara la capa fértil del suelo como un estado coloidal, donde se mezclan aire, materia orgánica, agua y otros elementos precisos para la vida, los agricultores obtendrían grandes beneficios en materia de riego, abonado y control de enfermedades. Tratar a los árboles y plantas con iguales métodos con que tratan los médicos a sus pacientes aplicándoles nutrientes, agua y medicamentos coloidalmente." Esto produce ahorro de energía, de agua y de otros insumos.
Cualquier estudiante en su etapa infantil de doce años tiene en sus libros de conocimiento del medio elementos de juicio suficientes para abordar el problema: saben que en el origen de la Tierra no había Oxígeno, o que éste se genera gracias a la aparición de las bacterias que lo obtenían del CO2 , dando lugar a la cantidad de oxígeno que ahora disfrutamos. También saben que el Nitrógeno del aire es inerte, y que sólo determinados microorganismos lo obtienen del aire y lo trasforman en otras formas químicas asimilables para las plantas...y así en sus libros de texto van teniendo las claves de la agronomía y de la ecología.
Volviendo a Molina y sus argumentaciones éste nos refiere cuál es el origen del mal: "la creencia de que es posible anular en la naturaleza lo que no se puede controlar". Así para Molina todos los problemas del Universo se pueden formular en tres partes que se suman, algo así como Problema = A+ B+ C.
En A entrarían las causas de tipo físico determinadas por unas Leyes que son conocidas y sus valores fácilmente calculables, como por ejemplo cantidad de abono y cantidad de producción. En B se colocan aquéllas variables que siguen una función estadística, predecible, como puede ser el grado de estrés hídrico en función del grado de humedad del suelo. Y la C, serían causas de difícil o imposible predicción que sigue una probabilidad de suceso raro, como que un hongo mate mi olivo.
Los autores griegos afirmaban que la diosa Atenea entregó a los hombres una estaca de la que nacería el olivo, un árbol durísimo que sobrevive al hombre, pero que sólo el hombre es capaz de matar. Esta creencia no tiene base científica pues no se puede demostrar que la diosa Atenea se pusiera en contacto con los griegos, es un mito. Pero la segunda parte sí forma parte de una observación contrastable: nunca se han muerto los olivos, salvo que una acción humana los hubiera matado. Ahora no se observa que los humanos maten a los olivos intencionadamente, pero sí indirectamente al actuar irracionalmente en los factores A, B, y C.
Así se ha tratado de manipular los nutrientes, controlar la humedad y anular lo que no podía ser calculado ni manipilado, es decir matar bichos, bacterias y hongos para que el campo sea limpio. De esta manera hemos inducido en el campo un desequilibrio al contaminar las aguas, desproteger la capa fértil del suelo, y eliminar sistemáticamente a los aliados naturales de las plantas que son bacterias, hongos y animales. Al tratar de anular la naturaleza, ésta reacciona haciendo fuerte a una serie de hongos que serían fácilmente anulados por otros hongos, aquellos que hemos eliminado con ingentes cantidades de cobre, o aquéllas plantas que hemos aniquilado con herbicidas de origen hormonal...y otros plaguicidas que en vez de controlar las moscas, las alimentaban.
Detrás de la Seca del Olivar se extiende un grave problema cultural, y sin medidas culturales no podrá detenerse este fenómeno cada vez más extendido en Andalucía, Extremadura, Castilla, Levante y en general toda la Cuenca Mediterránea. Las soluciones que aporta Molina son Culturales en primer lugar, y asegura que es la aplicación de la metodología de Producción Integrada en el mundo rural. Es preciso separar la independencia de dos actividades: asesoramiento agronómico y la venta de insumos. Los médicos no deben vender medicinas. Siguiendo esa analogía pone como necesario el establecimiento de un sistema de Gestión de productos agrarios parecido al de las Farmacias, que garantice la dispersión territorial, pero independiente del Asesoramiento agrario que debe producirse por contratación de Técnicos en Agronomía, tanto en agricultura como en ganadería, que controlen los procedimientos, asesoren, e inicien procedimientos de autorregulación. Se trata de profesionalizar el campo andaluz, como lo está siendo el francés.
Esto nos va a llegar dentro de tres años, pero obligados por las directivas comunitarias europeas. Así que como amante de mi tierra, Andalucía, desde el observatorio privilegiado de Torres en Jaén,animo a los agricultores y olivareros en particular a dedicar más tiempo a su formación. Una hora de estudio, ahorra muchas gotas de sudor.
Marcos Gutiérrez Sanjuán
es Físico
lunes, 19 de abril de 2010
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